Por el protagonista de la trilogía La Canción de Albión (de Stephen R. Lawhead), una obra del género fantástico que se inspira en el mundo celta que es la hostia en vinagre y recomiendo su lectura. De un modo genial mezcla el mundo real con el ficticio y la mitología celta, urdiendo una trama que engancha y reflejando la naturaleza del ser humano de un modo más realista de lo acostumbrado en este género.
Llew y Tegid de La Canción de Albion |
Pero en fin, aunque genial, ese nombre,
“Llew” (suponemos que se pronuncia “Yiuv”), era bastante
complicado de comunicar al resto del mundo no friki, y nos planteamos
ponerle uno menos exótico.
Por aquel entonces, el cachorrito era casi
todo negro salvo las cejas marrones y un poquito de marrón en las
patas, cabezón, patilargo y barbudo. Tenía unas barbas muy largas,
sobretodo un par de mechones, uno a cada lado de la mandíbula
inferior... y me recordaban siempre a otro personaje de otra obra del
género fantástico...
A un asesino. Un tipo singular que a lo
largo de la obra sufre un destino muy peculiar... que le hace
replantearse muchas cosas... y que no puedo describir demasiado sin
soltar un spoiler, pero que afirmo que siempre fue uno de mis
personajes favoritos: Hugh La Mano, del Ciclo de la puerta de la
Muerte, de Margaret Weis y Tracy Hickman (los creadores de La
Dragonlance).
Hugh La Mano del Ciclo de la Puerta de la Muerte, por Melusaaste |
Y como Hugh (“jiug”) se parecía
mucho a Llew (“yiuv”) y el perrillo no se iba descolocar
demasiado, Hugh se quedó.
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