domingo, 7 de abril de 2013

Gripe aviar en perros ¿es posible?

Hugh observando a las latosas palomas del vecindario

Soy consciente de la preocupación actual sobre el brote de gripe aviar en China. Por lo visto hay ya once casos de contagio en humanos de la cepa H7N9, se supone que por contacto directo con aves enfermas o con sus fluidos.

Pero reconozco que no contaba con mucha información con respecto al virus de la Influenza A y mi curiosidad de bióloga me ha obligado a investigar un poco.

Por lo visto, aunque el huésped natural de este virus son las aves, también puede afectar a otros mamíferos, como cerdos o humanos. De hecho, cada poco hay una epidemia estacional o una pandemia (frecuentemente de la cepa H1N1, que causa sintomatologías menos graves). La última fue de 2009 a 2010 y causó bastante revuelo, dejando 19.000 víctimas humanas.

Se me ha ocurrido investigar qué otros mamíferos se pueden contagiar y he descubierto que efectivamente se han dado casos en perros y gatos.

En el artículo Song D, Kang B, Lee C, Jung K, Ha G, Kang D, et al. Transmission of avian influenza virus (H3N2) to dogs. Emerg Infect Dis. 2008 May se habla sobre la transmisión de la cepa H3N2 a perros en Corea del Sur. Por lo visto en 2007 se detectaron unos cuantos casos de perros que desarrollaron enfermedad respiratoria aguda y que dieron positivo para dicha cepa. Postulan que el contagio pudo deberse o bien a la alimentación de dichos perros con productos derivados de pollos infectados o por contagio directo (por aerosoles). También hicieron un estudio de la patogenicidad del virus aislado de estos casos inoculándolo experimentalmente en perros de laboratorio (Beagles), que desarrollaron la infección y presentaron los mismos síntomas, por lo que concluyen que la infección cruzada entre especies también puede ocurrir de aves a perros.

Un reciente artículo: Hye-Young Jeung et al. A Novel Canine Influenza H3N2 Virus Isolated from Cats in an Animal Shelter. Veterinary Microbiology. 2013 April.  alerta sobre el hallazgo de una nueva mutación de la cepa H3N2 en gatos de un refugio coreano que, por lo visto, ha promovido el desarrollo de un sistema de emergencia para detectar las posibles mutaciones que puedan surgir en mascotas debido a la infección cruzada.

No es que el asunto me preocupe en exceso, a menos hasta que no se detecten casos en España, pero me parece conveniente que estemos bien informados al respecto, sobre todo para que no cunda el pánico ante el telediario... aunque también para que nos planteemos los posibles riesgos sanitarios a los podríamos estar expuestos, tanto humanos como mascotas.
Hugh reflexiona sobre la cepa H3N2 y el sabor del pichón urbano

No sería tan descabellado pensar que, de producirse una nueva pandemia y detectarse casos en España, no estaría de más evitar el contacto directo de nuestros perros y gatos con aves silvestres. Sin ir más lejos, en 2006 el gabinete de crisis de Alemania encargado del seguimiento de la crisis aviar, ante la detección de un caso en un gato, impuso la obligación de mantener a los gatos encerrados en casa y pasear a los perros siempre con correa (incluso en el campo) en varios de los focos de detección del virus, con fuertes multas de no hacerlo así.

Dudo mucho que lleguemos a eso, pero me parece curioso y digno de ser compartido con todo aquel que quiera informarse sobre la gripe aviar y esté preocupado por sus mascotas.


viernes, 5 de abril de 2013

Cien nombres para nuestros perros


Almendro, Almendrugo, Almondiguilla, Almóndigo, Amore d'Italia-amore cremoso, Amore amantissimo amantissimae, Barbas, Barrabás, Belfos, Berenjenilla, Berenjena de Almagro, , Berenjeno, Berenjenónigo, Berza del campo, Berzolino, Bicho, Bicho-bola, Bollullo del amor, Cachorro, Cafeccini, Cebollita, Choco-choco, Chibi, Cordero, Cordero de Dios, Cosi-cosita, Cuerpecilio, Cuerpo Canino de Obediencia, Cuquito, Enano, Hugo, Húguido, Huguidad, Negrito, Orejón, Peque-poco, Peque-puço, Príncipe de la dulce pena, Perrusildo o purrusildo, Picha brava, Púsido, Salchichilla valiente, Salchichón, Ratón, Ratilla, Tocinillo de cielo, Tonelito, Torillo...

VS

Barbas, Bicha, Brumadora, Brúmidas, Bruminensis, Brumivare, Brumipore, Brumónidas, Brumoniwa, Bru-bru, Brumedad, Brumosidad, Brútida, Caballo, Cachorra, Cuerpo, Culo, Gorda, Galga, Gálguida, Guapa, Lobita, Machorra, Meneillos, Monga, Montón de patas, Pava, Pedorra, Pecho, Presencia, Petarda, Princesa, Princesosa, Rata, Ratona, Ser, Vaquita, Velociraptor, Villa-maravilla...

Dicho esto, y una vez arrastrada y pisoteada nuestra dignidad de rudas adiestradoras, esperamos que os haya divertido la colección siempre ampliable de epítetos cariñosos que han recibido y reciben nuestros compañeros en el día a día. La tenéis por orden alfabético: algunos de ellos son antiguos y ya los hemos desechado, la evolución natural de cualquier apodo es tender a la desaparición, pero otros son recientes y usados con bastante frecuencia.

Más allá de la cursilada de apodar a nuestros perros que, no nos engañemos, hasta el más machote de los machotes comete, estos nombres accesorios nos son muy útiles en la vida diaria para proteger al NOMBRE real, esa palabra mágica cuyo significado debe ser siempre “préstame atención porque va a pasar algo de tu interés” y que nunca debe ser ignorado, de un uso demasiado frecuente que lo “ desgasta” y hace que pierda su significado, porque el perro no siempre es capaz de atendernos y nosotros no siempre podemos ofrecerle algo relevante después de llamar su atención.

Un ejemplo: acabamos de llegar tras estar fuera de casa un rato y, pasados unos minutillos les dejamos salir y nos reciben con excitación, moderada, pero excitación al fin y al cabo. Esta es una situación en la que tal vez quisiéramos interaccionar con el Peque-poco (uno intenta ser fuerte y no fomentar su hiperapego, pero es inevitable echarle de menos), pero él está demasiado activado por la emoción de nuestro regreso y el análisis de toda la información olfativa que traemos con nosotras. Sería injusto para el perro y perjudicial para nuestra comunicación que yo insistiera en llamarle por su nombre para que viniera a mí cuando sé que él no va a poder conectarse conmigo en ese momento y lo único que voy a conseguir es que ignore la palabra que significa “préstame atención” ( y por tanto que aprenda que puede ignorarlo). Sin embargo, no tendría la mayor importancia si yo le digo “¡Hola Peque-poco...! y él agita el rabo un poco más rápido sin ni siquiera mirarme porque hay mil cosas más a las que necesita atender en ese momento, y yo debo comprender esta situación. Si lo necesitase, por supuesto podría exigirle que me prestase atención con su nombre, pero si no es necesario ¿para qué agobiarle? Así nos evitamos que su nombre, vital para su adiestramiento y nuestra relación, se convierta en una letanía, y desarrolle esa “sordera” al nombre de la que tantos propietarios se quejan.

Y aunque es cierto que la mayoría de los aquí citados no son más que moñardeces puntuales expuestas para divertiros y para nuestro recuerdo, algunos de ellos (chico, peque, bicho, tío, tía, bonita, princesa, gorda...) los tienen perfectamente interiorizados como parte de su código de comunicación, y los usamos constantemente junto con sus órdenes o confirmaciones para personalizarlas, enriquecerlas y enfatizarlas ;)

Íbamos a proponer a los lectores que se votara un ganador, pero mucho nos tememos que Hugh gana a Bruma por goleada... y es que, además de llevar un año más con nosotras, ¿tiene o no tiene cara de berza...?

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